martes, 1 de noviembre de 2011

El buen viaje


Tengo un trago triste, todavía guardado en mi huaje. Tengo las manos ásperas y frías, endurecidas como el rostro por el viaje. Traigo los huaraches arando, rotos, casi sueltos, aguantando el lejano andar, con dolores de otros tiempos. Con pesades levanto en cada paso el recuerdo de lo que fui. Ando, suracndo un camino que jamás volvera a existir.


Pero que hay de lo demás... ya no queda nada.


Olvidar no quiero, aunque duela, olvidar no puedo, aunque quiera.


El trémulo sentimiento agazapado entre las costillas y la columna. El andar cansado. El agotamiento del sueño nulo. No puedo golpear los tiempos con la vara que sirve de apoyo, no quiero volverme atrás, donde están todos. No puedo volver la vista atrás, a lo que ya no es.


Y si el olvido me alcanza pronto, ¿dónde esconderme en medio de la nada? ¿Dónde habrá quedado tu recuerdo de lo que haciendo-haciendo hicimos y huiste con tanta desesperanza? ¿Dónde habrá quedado tu retrato, que no recuerdo tu semblante? ¿Dónde andaré ahora? ¿Qué será de ti?


Tengo un trago triste, todavía en mi huaje. Lo guardo para cuando por fin llegue. Para el momento de no encontrarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario