Inhala,
despeja la mente al profundo
oscuro.
Déjate caer al vacio,
ser atrapada
en redes livianas
de navajas de afeitar.
Inhala,
el sueño profundo y déjame caer a tu lado,
recostarme mientras voy
lamiendo la sangre seca de tu frente,
de tus anhelos.
Perdiendo la memoria ingrata de
aquello que tanto dolor causa
en la desidia de ser
complemento.
Préndete de las viejas imágenes
que hacían perder el sueño
a mitad de la luna,
pálida silueta de cartón.
Cuartoscuro de recuerdos.
De mí
Deja al vacío solido
aquello que cuentas con
tanto ahínco hasta que
desciendes
al desconsuelo.
Inhala
los miedos de
la humanidad
mientras los narro
a tus espadas.
Oculto en tu sombra
y tus caderas.
El ondular intempestivo
de los pensamientos
rotulados de locura y
vastos entre el viento
me dan el refugio
inquisitivo
seguir el juego
de no tocarte
con el miedo.
Y observo, el
lento penetrar del tiempo
por tus poros.
tiempo viejo y pestilente.
Me acerco,
lento,
tocándote con el aliento
y remedando
tu acompasada respiración
extenuada por el vaho
del silencio.
Inclinado,
te suplico,
(suspira)
deja escaparme entre tus pensamientos.
Absorbiendo tus dolencias.
Suplicando
que se marche el tiempo.
Elevándome lento
Hasta en embrollo de tus cabellos y
Susurrarte lento
Inhala…
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