jueves, 28 de julio de 2011

HELIO





Inhala,


despeja la mente al profundo


oscuro.


Déjate caer al vacio,


ser atrapada


en redes livianas


de navajas de afeitar.




Inhala,


el sueño profundo y déjame caer a tu lado,


recostarme mientras voy


lamiendo la sangre seca de tu frente,


de tus anhelos.


Perdiendo la memoria ingrata de


aquello que tanto dolor causa


en la desidia de ser


complemento.





Préndete de las viejas imágenes


que hacían perder el sueño


a mitad de la luna,


pálida silueta de cartón.


Cuartoscuro de recuerdos.


De mí





Deja al vacío solido


aquello que cuentas con


tanto ahínco hasta que


desciendes


al desconsuelo.





Inhala


los miedos de


la humanidad


mientras los narro


a tus espadas.


Oculto en tu sombra


y tus caderas.





El ondular intempestivo


de los pensamientos


rotulados de locura y


vastos entre el viento


me dan el refugio


inquisitivo


seguir el juego


de no tocarte


con el miedo.




Y observo, el


lento penetrar del tiempo


por tus poros.


tiempo viejo y pestilente.



Me acerco,


lento,


tocándote con el aliento


y remedando


tu acompasada respiración


extenuada por el vaho


del silencio.





Inclinado,


te suplico,


(suspira)


deja escaparme entre tus pensamientos.


Absorbiendo tus dolencias.


Suplicando


que se marche el tiempo.


Elevándome lento


Hasta en embrollo de tus cabellos y


Susurrarte lento


Inhala…

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